Educación Popular y Educación Alternativa: Algunas diferencias

Puede que haya mucha inutilidad en posicionarse para hacer la crítica de la crítica. En mi caso no lo asumo así porque mi propia práctica no cesa y la crítica no la hago sentada comodamente. Solo encontré preciso aclarar algunos conceptos desde lo que he aprendido en mi praxis (política) y que me ha ayudado a sentir que aporto desde cierta coherencia ideológica. A l@s compas relacionados espero que lo asuman con la mejor apertura posible…y uso las redes porque lo que me gustaría aclarar puede servir a otr@s. 

Me parece que no debe confundirse o utilizarse indistintamente la educación alternativa y la educación popular. Debe saber reconocerse cuando se hace una y cuando se hace la otra, principalmente para no restar a la última lo que ha caracterizado desde el pasado siglo. Una cosa es servir de camino alterno, de ofrecer alternativas diferentes, incluso contenidos anclados a la realidad social, ejercicios dinamicos y participativos de forma que se cultive pasión por el cambio en el camino. Estos aspectos, escenciales a la construcción de un mundo diferente, son indispensables para vivir en otro mundo posible de igualdad, de equidad, de compañerismo, en fin de alternativas a lo que se tiene. Sin embargo, desde este tipo de propuesta alternativa aún persiste la posibilidad de coexistir con el mundo que se tiene. Desde que no necesariamente existe una lucha en contra del sistema que prevalece hegemónicamente, podemos sentir que para vivir en un mundo distinto (precisamente) basta con el desarrollo de una practica alternativa en la que pueda posponerse asumir una postura crítica a las bases materiales que sostienen el sistema que nos lleva precisamente a necesitar alternativas.

El camino de la Educación Popular es distinto. No es una educación que merodea la construcción de alternativas en abierta indiferencia con el mundo en que vivimos, sino todo lo contrario. Entre uno de sus rasgos fundamentales está la crítica a los sistemas pedagógicos imperantes por responsabilizarlos del rumbo que lleva la realidad cotidiana, por responsabilizarlos de los valores que transmite, por responsabilizarlo de la forma en que abiertamente escapa toda neutralidad y reproduce el contenido necesario para que el capitalismo, el patriarcado, el eurocentrismo, el colonialismo y la colonialidad anden. En este sentido, no hay como avanzar sin encararlos. Y cuando nuestros niños y niñas despiertan en esta crítica, su activismo, su praxis gana mejores posibilidades de transformación hacia mundos específicos y no meramente alternos.

Por eso encuentro necesario distinguir. La educación alternativa y la educación popular no son equivalentes, ni sinónimos. Incluso tampoco diría que una es paso previo de la otra porque la ideología de la que parten son también distintas en materia del contenido de ciertas transformaciones sociales y sobretodo políticas.

Sin animo de contiendas banales o de recelos por el trabajo que no deja de ser arduo y lo reconozco, abro esta discusión.