Cosquilleo

Me espabilo en mi cama. Mis pies odian relajarse, no se acostumbran a que les frene tan drásticamente el ímpetu. Se vengan, una adrenalina me sube hasta la maquinita cerebral. Mis deseos se me revelan, los aviento a mis labios y de pronto a este blog. Ya que estamos de vacaciones, esta conversación es con misma. Que igual hay algunas cosillas que necesitamos arreglar ella y yo.

¿Cómo es que me haces esto? Si, eso. Manipularme como se te antoja. Ciertamente hay veces que lo pasamos de maravilla. Pero otras, marrayo palta. ¿Y ahora? Ahora resulta que tienes sed. Como no sea solo de agua, te asumiré insatisfecha porque esta que está aquí se tumba a dormir de inmediato. 

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